
Memorial que recuerda la quema de 20.000 libros que estudiantes nazi protagonizaron el 10 de mayo de 1933 en Bebelplatz, frente a la universidad Humboldt. (Micha Ullman, 1995)
Berlin exibe las cicatrices de su atormentada historia, obliga a recordar las miserias de su pasado y alerta sobre los peligros del futuro. No hay heroes de bronce sobre pedestales de marmol, la memoria se construye sobre la verdad.
Junto al vidrio que cubre las bibliotecas vacias, la frase del poeta Henrich Heine: "Donde se queman libros, se termina quemando hombres"